miércoles, 27 de enero de 2016

Fahrenheit



Eventualmente estoy triste, abrumado y triste.
Será el sopor de la canícula desquiciada,
una redundancia perniciosa propia y característica del trópico.
Prolegómeno del estío que expolia, ampuloso,desmadrado.
Siempre el monótono estío, un pleonasmo industrial de raigambre colonial corroyendo la piel o el tornasol de la humanidad, e innato en sus vástagos.
Así mismo afuera , allá en los alrededores del jardín,y tal vez sintiéndose su dueño,irrumpe entre clandestino y lúdico, el duende de la siesta, otra mínima redundancia de la mitología norteña.
Por favor,avísenme cuando haya algo nuevo bajo el sol;refiero aquí a esa nívea metáfora social reluciente y centelleante destrenzándose sobre las cabezas; aun debajo de las brillantes estrellas pueda ser.Verdad de dios que sí, para variar.